¿En qué momento decidimos dejar de publicar nuestra realidad en redes?
Con la explosión de BeReal en los últimos días me ha venido a la mente la explosión de la fotografía de smartphone: cuando la gente dejó Flickr para pasarse a Instagram. Las fotos cotidianas de nuestro día a día eran un must. El café, el bocadillo de media mañana, el paseo de la tarde, lo que viene siendo hoy BeReal.
Luego vemos como originales las redes nuevas que nos «obligan» a publicar nuestra vida real porque Instagram se ha convertido en una especie de escaparate de vida de lujo falso en el que muchos creen que les cambiará la vida. El «Fake it until you make it» llevado al extremo. Y en parte lo entiendo: Antes, a alguna gente, le colaba. Podías mostrar una vida de prestado y la gente te admiraba por ello. Ahora creo que ya se ha quemado ese cartucho. Todos conocemos que estás usando filtros que te adelgazan, retocan la nariz o directamente Photoshop. Pero esto quizás sea lo de menos. Vemos gente en TikTok o YouTube haciendo Haul de ropa que sabemos que no es suya, que no se la han regalado. Han comprado ropa para hacer el Haul que van a devolver en unos días. Adquieren los productos para poder hacer contenido con la esperanza de poder ser relevantes en un futuro. «Mira mamá, quiero ser influencer» Pero claro… ¿No es mas difícil valorar un producto cuando realmente te ha costado tu dinero y lo vas a usar cada día? Porque hablar de algo e influir en algo son cosas muy muy diferentes. Pero eso dá para otro post.
Hoy quería reivindicar la vida real. Los detalles cotidianos que valoramos en nuestro día a día. El motivo por el que la gente se pasó de Flickr a Instagram. Por el que luego empezó a usar Snapchat, donde la gente le contaba su vida tal cual, hasta que entraron los de marketing e influencers intentando vender algo. Hasta que se volvió a Instagram con la copia de Stories. Volvimos a la vida real de looser en TikTok, donde explicar las cosas en primera persona y que te pasen cosas malas resulta gracioso y divertido. No queremos la vida falsa de gramour infinito de Instagram. Hasta que otra vez los de marketing nos volvimos a meter.
Y ahora aparece BeReal. Donde la programación del contenido es imposible porque la notificación aleatoria salta cuando salta, y es igual para todos. ¿Qué estas haciendo justo en este momento? Pam! Y ahí vemos como la influencer que siempre está en hoteles de lujo en realidad sigue en su casa, pero el día que le invitaron al hotel se hizo un book de 365 fotos.
Creo que la vida real es lo que ha movido las redes: antes, ahora y en el futuro. La falsificación del yo no funciona tanto como creemos, y por la experiencia que tengo en Mazzima, mi agencia de publicidad y en Talenz, mi agencia de talentos, los datos me dicen claro las cosas: BeReal my friend.
La vida de sofá, manta y Boro encima que es un amor de gato. Disfruta de lo cotidiano, muéstralo y serás menos aburrido de lo que te crees.
#wemakestuff