Clickbait: ¿Por qué seguimos picando?

El Clickbait (anzuelo de clicks) es una técnica extendida por todos aquellos que están necesitados de visitas y recurren a ella para conseguir siempre más y más visitas. Es una técnica fea, desagradable y molesta. Pero al igual que el telemarketing, por desgracia, funciona. Y por eso se usa. Y en este artículo quiero llegar a desgranar mi opinión sobre el porqué esta técnica, a pesar de ser tan odiada por tanta gente, sigue funcionando.

Recientemente Nekodificador me envió un vídeo del fundador de PATREON en el que explicaba su planteamiento. Al final del post os dejo el vídeo, pero resumiendo, su planteamiento se basa en el dinero. Principalmente porque su plataforma es de pago y necesita justificarlo de alguna manera. Creo que lo ha intentado justificar bien para venderse pero me sigue pareciendo un planteamiento mas o menos erróneo. Su base es que el Clickbait se usa en YouTube, aunque se esté usando en todas partes desde blogs a periódicos con supuesto caché, porque al ser el contenido gratuito la gente no le presta atención. Y que en un sitio como el suyo con contenido de pago la gente no necesita Clickbait porque como ya está pagando por el contenido, le presta atención.

Y en este punto es donde no estoy de acuerdo: «Tenemos un problema de atención. Así, sin más. Totalmente generalizado y en todas partes.»

Mi trabajo a la hora de manejar la comunicación de una marca es precisamente éste. Conseguir la atención del consumidor objetivo. Ofrecerle algo que llame su atención y “obligarle” a ver lo que queremos. Algo cada vez más complicado. Y desde el punto de vista del contenido, pues también. Aunque para el creador no es tan importante el mensaje que se quiere transmitir y más el puro ocio, la necesidad de atención es igual de necesaria.

¿Y dónde se equivoca? En el dinero.

Su planteamiento es que el consumidor que paga por el contenido, le presta atención porque le ha costado dinero. Pero son cientos de ejemplos que podría poner donde vemos que esto no es cierto. Son millones de personas que están viendo programas en la HBO, Netflix o Hulu que mientras están viendo su serie favorita tienen el Smartphone en la mano y la están comentando por Twitter o WhatsApp. Incluso algunas cuentas de las cadenas les animan a ello el día del estreno creando un Hashtag propio para que los que estén viendo ese contenido puedan “encontrarse” en su interrupción. Y pese a que es una necesidad de marca aglutinar a tus espectadores y animarles a tuitear con tu hashtag, en realidad lo que se está haciendo es animándoles a que pierdan la atención y además, a que se acostumbren a ello.

«Se consume el contenido como en Tinder, next, next, next, sin profundizar ni lo más mínimo.»

Estando en el cine en una película de estreno con un elevado coste de entrada vemos como la gente saca el Smartphone para mirar si le han llegado notificaciones o si tiene algún mensaje. No ha sonado, ni vibrado, pero… es algo habitual, se hace mientras estás comiendo con la familia o con tus amigos cercanos, hay gente que incluso lo hace en reuniones de trabajo. La gente se está acostumbrando en exceso a ello y se les permite a pesar de ser tremendamente molesto y problemático.

Pero… ¿Y esto porqué?

Mi conclusión es simple: ¿Y si te estás perdiendo algo?

Es más que posible que una gran parte de las visitas que hayan llegado a este post no lleguen a este párrafo. Es probable que alguno que tenga mucho interés haya llegado después de 7 u 8 interrupciones. Mientras lees te llega un like de Facebook, un comentario en una foto de Instagram, alguien te ha contestado algo en Twitter, mientras has cambiado un par de veces la lista de reproducción de Spotify. Y aquí estás, leyendo esto después de bastante esfuerzo. Es posible. Y es un problema.

Nos creemos con la capacidad de ser multitarea pero se ha demostrado que eso no es posible. Y lo que en realidad hacemos es cambiar repetidas veces el foco de nuestra atención.

Y ahí es donde entra en juego el clickbait. Puede que tu artículo sea bueno, puede que tu vídeo sea cojonudo. Pero la gente le está costando horrores aguantar los 10 segundos de un Snap sin distraerse. 10 segundos. Y ahí es donde Snapchat consiguió petarlo. Con el “clickbait”, pero un clickbait relativo. Los Snaps se borran en 24 horas. ¿Te lo vas a perder?

«No te puedes creer lo que digo al final de este artículo” ¿Te lo vas a perder? “No te imaginas lo que me sucedió el otro día” ¿Te lo vas a perder? «Ni te imaginas la ultima polémica de Kim Kardashian.” ¿Te lo vas a perder? Y si, te enganchan. Me importa un pimiento Kim Kardashian, es más, puede que no sepa quien es, pero… ¿Me lo voy a perder?¿Una polémica?¿Qué habrá hecho para que salga en el periódico? Y le das click. Porque si no, igual te lo pierdes. Puede que no sepas qué polémica en la próxima reunión del trabajo o en la barbacoa con los amigos y que parezcas un desconectado del mundo porque te lo has perdido. ¿Quien quiere ser así? Nadie. Y ahí es donde el clickbait te engancha. A la vez es lo mismo por lo que lo odiamos todos. Acabamos viendo vídeos o leyendo artículos de mierda que no nos interesan lo mas mínimo, pero no te das cuenta de lo malos que son hasta que ya los has visto y te has enfadado por haberlos vistos y haber perdido tiempo productivo de tu vida en ellos. Pero oye… que igual te lo pierdes y hubiera sido peor.

Hemos llegado a ese punto en el que nos cuesta enfocar. Nuestra atención es dispersa y limitada. Los contenidos se crean de 10 en 10 segundos. Fáciles de digerir. Rápidamente. Con prisas. Para que puedas verlo todo, o como mínimo, para que tengas la sensación de que lo estás viendo todo o como mínimo lo importante. Pero el clickbait es una de esas técnicas para hacer que la gente se gire y te preste atención un rato. Y se usa. Y se abusa. Y del abuso se llega al absurdo. Los titulares de los periódicos ya no son un resumen de la noticia, son el clickbait, el anzuelo. Incluso en los telenoticias se abre con algo super interesante que podrás ver… efectivamente, al final del telediario.